El trato y atención del propietario, Juan Angel, muy cordial y cercano, educado, atento y servicial. La habitación que nos adjudicó bastante bien, con espacio para guardar tus cosas, temperatura agradable, y mucha luz, ventana y un balconcito, estupendo, daba sensación de amplitud y unas vistas panorámicas inmejorables, veiamos todo el pueblecito de Ayna y de frente , impresionante, el Picarcho. Por poner una pega, la cama, que hacia algo de ruido y era algo molesto si te movias demasiado. El desayuno bien, puedes repetir, no te quedas con hambre. En resumen, lo recomiendo cien por cien.