Desde la anfitriona hasta el último habitante del pueblo, nos hicieron sentir como en casa desde el primer momento. El lugar tiene la serenidad de un pueblo pero con la ventaja de tener varios sitios para visitar a una corta distancia en coche, incluyendo Zaragoza a solo 30 minutos. Me sorprendió gratamente. Lo recomendaría un 200% a cualquiera. Agradecimientos especiales a Raquel por su hospitalidad. Si disfrutas de las caminatas al aire libre, la tranquilidad y las pequeñas excursiones, este es tu lugar ideal.