La casa del horno dónde nos alojamos está muy bien, es muy amplia y accesible. La estancia aunque ha sido corta ha sido muy cómoda, incluso hemos podido disfrutar de la barbacoa y la piscina. El pueblo de Fermoselle está relativamente cerca (7-8 km.). El trato de Víctor (dueño) ha sido excelente y nos ha facilitado toda la información sobre la zona y las bodegas que nos ha invitado a conocer. Una experiencia para repetir