Tanto la casa como el entorno se merecen un 10. Personalmente no conoci a Alvaro, pero los que lo vieron comentaron que era muy amable y les explico todo muy bien. La casa muy limpia en todas las instancias, no le faltaba ningún utensilio y muy cómoda al estar todo en una planta. Sin salir de ella merecía la pena las vistas, y aunque no terminamos la ruta, el año que viene lo haremos, porque volveremos.