Estuvimos hace dos semanas en la casa, y nos escantó. Joana, la propietaria fue amabilísima, y a pesar de que llegamos bastante tarde, nos esperó puntual en la plaza de Pauls, junto al alojamiento. La casa está decorada con mucho gusto, y no se olvidan de los pequeños detalles, como ofrecer aceite de la zona en la cocina, con el que, entre otras opciones, puedes fabricar un desayuno delicioso.
Con nuestra hija Alejandra, pasamos tres días estupendos por una zona que ha sido todo un descubrimiento. Volveremos!
Con nuestra hija Alejandra, pasamos tres días estupendos por una zona que ha sido todo un descubrimiento. Volveremos!