La finca es maravillosa y en ella se desarrolla un interesante proyecto de biodiversidad. Las habitaciones son cómodas, del estilo rural que se espera. La zona de la piscina muy agradable y la comida de Marimar ESPECTACULAR. Para el invierno también tienen un gran salón con chimenea. Tuvimos un problema con el agua caliente, pero se esmeraron en arreglarlo y nos permitieron salir más tarde de la hora de check out prevista. Sin duda, muy recomendable.