Todo perfecto, casa preciosa y no le falta detalle. Lola y Jesús encantadores, te dejan cosas de su huerto para que las comas, y es de agradecer ya que hoy en día no hay tanta gente así de generosa ni comemos tomates ni sandías tan ricos en las grandes ciudades... Un gustazo!muy agradecidos y contentos de habernos alojado allí, no lo pienses! Mejor imposible...