No sabemos por donde empezar, desde el apartamento, decorado con exquisito gusto, los exteriores de la casa, donde hemos podido disfrutar con los niños y demás inquilinos de momentos muy agradables, la situación de la casa, en pleno centro de Combarro, pero en la más absoluta tranquilidad y no por ser lo último es lo menos importante, al contrario, la atención prestada por Carmen y Víctor, que en ningún momento te tratan como inquilinos sino como amigos. No podemos otra cosa que dar de nuevo las GRACIAS.