Hemos estado 4 días en Casa Maestro. No ha podido ser más redonda la estancia. Casa Maestro podríamos considerarla como un lugar de descanso y desconexión, todo invita a ello; desde su entrada que tiene jardín con parrilla y hamacas, hasta los rincones de la casa que invitan a apagar todo y dejar pasar las horas en buena compañía. Habitaciones y aseos amplios y cuidados al más mínimo detalle: confortables y muy limpios. El trato recibido en todo momento impecable, atentos por nuestra estancia en la casa, dándonos detalle de todo lo que podríamos ver alrededor, y hay que recalcar acerca de Izal que está en pleno Valle de Salazar y es increíble, la situación de lugar, su gente y todo lo que rodéa es espectacular. Muy muy recomendable, y sin duda se repetirá experiencia muy pronto.