Una experiencia única en un entorno idílico. Los niños se divirtieron mucho en el área de juegos y la pista de fútbol. Disfrutamos de una barbacoa en el amplio porche y de las noches de juegos junto a la chimenea. Los propietarios, Salvadora y Antonio, nos hicieron sentir como en casa y nos proporcionaron información sobre la zona. La cocina y el baño están muy bien equipados y los colchones son de buena calidad. Sin duda volveremos.