Disfrutamos de la Semana Santa en el Molino de Moratalla, un grupo de 26 personas que encontramos un alojamiento muy confortable. Las tres casas que se interconectan son espaciosas, ofrecen camas y almohadas muy cómodas y la limpieza es excepcional. La zona de la barbacoa está completamente equipada. Los niños se divirtieron mucho jugando al fútbol, en el parque, atrapando ranas y devolviéndolas sanas y salvas a su arroyo. Una noche, tuvimos una visita especial (un zorro) que vino en busca de comida. Sin duda, una experiencia para recordar. ¡Totalmente recomendado!