Una estancia trankila fuera de la ciudad que es lo que estábamos buscando, el pueblo tiene de todo, horno, farmacia, ultramarinos, y varios senderos por donde poder pasear, es un pueblo con encanto, nos recibió Amadeo y nos aclaro todas nuestras dudas, tanto él como su mujer se portaron excelentemente con nosotros. Sin duda y si ellos nos lo permiten nos gustaría volver. Un 10 muy alto.