Todo lo que puedo decir de Cal Comorera son cosas positivas. Casa rústica fantástica en medio de un pueblecito precioso, tranquilo y agradable. A la casa no le falta de nada, tiene todo lo que necesites y más. Espacios bien cuidados y con muchos detalles. Y la joya de la casa, la terraza con la piscina, lo mejor para la época de verano. Además y por sorpresa nuestra, estaba muy fresquita, cosa que se agradece con el calor que hace. Otra cosa que nosotros valoramos muchísimo y que es un imprescindible en nuestros viajes es que aceptan mascotas, así que perfecto en todos los sentidos. Eduard y Carme han sido unos anfitriones fantásticos, muy amables y atentos. Sin duda la recomendaremos y volveremos!