Hemos estado muy agusto y nos ha sabido a poco, nos hubiera gustado estar más tiempo. La cama era comodísima, la bañera de hidromasaje genial y el porche con la barbacoa una pasada. Estaba todo muy limpio y el detalle de dejarnos zumo, leche y otras cosas de desayuno se agradece. Solo hay dos cosas que pondría como pegas: que no haya horno (aunque eso es algo muy personal, pero yo prefiero tener horno antes que lavavajillas) y que no sea una casa muy soleada, un poco fría. Dejando eso a un lado, todo perfecto. Mila, la propietaria, fue encantadora y nos recomendó muchos sitios que visitar y tiendas en las que comprar buena carne y buen pan.