La experiencia de pasar un fin de semana en esta casa rural fue maravillosa. La región es una joya escondida para los viajeros. Nuestra habitación, equipada con jacuzzi y una cama grande, era fantástica. El desayuno incluía mermeladas caseras, jugo y frutas, todo preparado y servido con amor. Sin embargo, lo mejor de la casa son sus dueñas, Mercedes y Kati. Nos ofrecieron una calurosa bienvenida y nos proporcionaron excelentes sugerencias sobre la zona. Apreciamos especialmente el detalle que tuvieron con nosotros cuando tuvimos que salir muy temprano para un viaje. Nos encantó la opción de alojarnos con nuestra mascota bien educada. Definitivamente, planeamos regresar.