La serenidad del entorno y el paisaje, y el ambiente mágico que se creaba al cruzar la puerta. El servicio fue excelente, sin interrupciones. Es destacable el trabajo de Pedro, el jardinero, que mantenía todo impecable y cuidaba hasta el último detalle, un hombre sumamente agradable.
Fue un verdadero placer sumergirse en tanta belleza. Nos cautivó cada aspecto del cortijo y sus alrededores. Es impresionante cuánto buen gusto y talento tiene Charo, quien creó este maravilloso lugar desde cero. ¡Bravo y gracias por compartir!