Casa Fresneda es el lugar ideal para explorar los alrededores, visitar hermosos pueblos, disfrutar de enclaves naturales y experimentar una tranquilidad absoluta. Nuestro anfitrión, Jesús María, nos esperó amablemente hasta tarde en la noche y, además, nos sorprendió con una cena para nuestra familia de cuatro. La casa lo tiene todo: lavadora, secadora, bicicletas, cascos, infladores, raquetas, pelotas, calefacción, estufa de leña, juegos, una cocina muy bien equipada y dormitorios espaciosos. Está perfectamente situada para visitar Burgos, Atapuerca o Ezcaray en viajes cortos, disfrutando de paisajes espectaculares. La comida local es deliciosa y a precios muy razonables.