Casa grande, acogedora y muy cómoda. Andrea nos trató muy amablemente y pendientes de nosotros y hasta nos trajo huevos (riquísimos por cierto) de las gallinas que tienen alli. Hemos estado 3 parejas con niños de 8-15 años y lo hemos pasado todos genial. Tienen sala de juegos y barbacoa muy chula. Muy recomendable y para repetir. Éramos 11 y no hemos podido estar mejor. Y por la noche se ven unas estrellas como en pocos sitios.