Huyendo de la masificación y del turismo sin alma, acabamos con nuestra familia en el paraíso de Pisón de Fondón.
Carmen nos acogió y nos hizo sentirnos como si fuésemos parte del lugar. La casa limpísima, no le falta un detalle. El patio muy cómodo y el jardín de ensueño.
Estuvimos 12 días y en la aldea éramos una familia más. Villandas y sus gentes son una maravilla; si estás abierto a hacer amigos, te llevas a sus habitantes en el corazón.
Hicimos excursiones casi todos los días (Somiedo, Grado, Gijón, Oviedo, cabo de Peñas, Cangas de Narcea, Cudillero, Luanco...)
No tengo más que decir: no es un 10, es un 100.
Carmen nos acogió y nos hizo sentirnos como si fuésemos parte del lugar. La casa limpísima, no le falta un detalle. El patio muy cómodo y el jardín de ensueño.
Estuvimos 12 días y en la aldea éramos una familia más. Villandas y sus gentes son una maravilla; si estás abierto a hacer amigos, te llevas a sus habitantes en el corazón.
Hicimos excursiones casi todos los días (Somiedo, Grado, Gijón, Oviedo, cabo de Peñas, Cangas de Narcea, Cudillero, Luanco...)
No tengo más que decir: no es un 10, es un 100.