Soy Cántabra y adoro Asturias, pero esta casa no me ha podido gustar más... La estancia ha sido genial. Los caseros son gente majísima, muy atentos y sobretodo muy cercanos. Te sientes cómodo según te reciben. La limpieza es de 10, la casa es super acogedora, las vistas increíbles, mucha paz y tranquilidad, y el desayuno fue una sorpresa, estaba delicioso y todo era casero echo por ellos. Sin duda voy a volver muchas más veces. Me he quedado con ganas de quedarme más días. Están en mi lista de favoritos. Totalmente recomendable!