Estuvimos en septiembre de 2010 en la casa Pilarica con los peques. Ya desde antes de llegar Marcos, el más peque, estaba soñando con los columpios, y no se decepcionó, pasó casi todo el tiempo allí. Nosotros lo pasamos divino en el cenador, junto a la barbacoa. El clima al llegar la noche nos acompañó y nos pasábamos de parrillada y de tertulia hasta las 2 o las 3 de la madrugada. En fin la experiencia mereció la pena y esperamos volver pronto. El dueño muy atento y el abuelo una persona especial. No os lo toméis a mal, pero las fotos en la publicidad no hacen justicia con la casa. Es mucho mejor y más amplia. Os aconsejo llamar a un fotógrafo profesional. Saludos y seguro que volvemos.