Hoteles superlativos

No resulta nada extraño que experimentemos una cierta curiosidad hacia los récords o hechos extremos, en todos los órdenes de la vida cotidiana. Lo superlativo siempre atrae, y tal circunstancia representa un incentivo también para los turistas, deseosos de conocer lo más alto, lo más caro, lo único o lo singular. Sin ir más lejos, esta inclinación por los extremos nos incita a interesarnos por los hoteles más lujosos, los hoteles más caros, los hoteles más baratos, los más grandes o los más exclusivos. En ocasiones identificamos los hoteles con encanto como aquellos que son superlativos.

En la línea reseñada, hace pocos días que ha abierto sus puertas el hotel más alto del mundo, el Ritz Carlton Hong Kong, un lujoso establecimiento de cinco estrellas emplazado entre las plantas 102 y 118 de un enorme rascacielos, el International Commerce Centre (ICC), de Hong Kong. Ostenta el récord de hotel más alto del mundo, pero ello no le impide contar con todos los detalles que distinguen a un Hotel Ritz Carlton y lo convierten en un establecimiento que focaliza sus servicios hacia los amantes del lujo.

Desde Hong Kong, tendríamos que recorrer muchos kilómetros para encontrar el hotel más bajo del mundo, aunque sería más correcto calificarlo como el más profundo del planeta. Se trata del Hotel Sala Silvermine, ubicado en el condado de Västmanland, en Suecia, cuya principal peculiaridad es que se encuentra a 155 metros bajo tierra, ocupando las galerías y estancias de una antigua mina, que estuvo en período de explotación desde el siglo XV hasta comienzos del XX. Pasar una noche en el hotel más profundo del mundo cuesta unos 183 euros por noche, incluyendo una completa visita guiada por toda la vieja mina.