He vuelto a este pueblo encantado después de tantos meses y he encontrado todo como parado en el tiempo: el pueblo precioso, casi vacío, silencioso, luminoso y tranquilo, desbordando primavera por todos los lados.Y el apartamento el refugio coqueto y acogedor que recordaba, limpio y completo. Desayunar en el porche, a pesar de que aún hace fresco, es maravilloso en Mayo.
Muy recomendable.
Muy recomendable.