Melilla es una ciudad moderna, con una amplia actividad comercial enfocada a la importación de mercaderías.Es una ciudad acogedora, abierta al mar y a los turistas aunque su actividad turistica no resulta de gran importancia en el contexto nacional.
Es un ejemplo de convivencia de diferentes culturas, en Melilla conviven una mayoría cristiana con una importante representación cristiana, musulmana, así como hebrea, hindú.
El carácter comercial de la vieja ciudad se hace evidente en las numerosas monedas que se pueden observar en su Museo Municipal, una de ellas acuñada en la propia ciudad en el siglo III antes de Cristo.
Fue con toda seguridad factoria fenicia, y posteriormente con el nombre de Rusaddir, enclave púnico-mauritano, del que tenemos hoy dia numerosos hallazgos de su necrópolis.
Posteriormente fue ciudad romana, y a la caida del imperio pasaría un dilatado periodo de su historia medieval, ya como ciudad musulmana descrita por historiadores.
En 1497 empieza su historia moderna al ser reconstruida por fuerzas españolas que la integran en la corona de Castilla.Desde esta fecha inicia la historia de la ciudad del Renacimiento caracterizada por importantes murallas y edificios, como la capilla gótica, puerta de Santiago, y los aljibes.
En el siglo XVIII se rehizo toda la ciudad fortificada, reconstruyendose entoces sus cuatro recintos de murallas, así como otros edificios, la iglesia barroca de la Concepción, el Hospital Real, etc.
La ciudad de Melilla tiene además del recinto amurallado (Pueblo, Melilla la Vieja o "La Ciudadela"), una urbe moderna, muy bien trazada y donde predomina el movimiento modernista en sus edificios más emblemáticos, construidos a lo largo de 40 años.Con ello se consiguió que la ciudad adquiriera una fuerte personalidad y se convirtiera en templo del modernismo español, siendo la segunda ciudad española en edificios modernistas, detrás de Barcelona y la cuarta de Europa.Hay que decir que son más de 150 los edificios modernistas censados, estilo que imprime carácter a nuestra urbe, que forma parte de la vida cotidiana y ha dado señas de identidad a Melilla, donde Modernismo y ciudad forman un todo indivisible.
De Melilla no te puedes perder la Ciudadela, que conserva edificaciones el siglo XV, la Mezquita, la Sinagoga, la Iglesia de la Purísima Concepción, el Museo Municipal y los Pinares de Rostrogordo.Sin olvidar los parques Hernández que son el pulmón de la ciudad, con plantas exóticas, palmeras y árboles casi centenarios y Lobera junto a lo que fue cuarto recinto amurallado.El Museo Amazigh nos ofrece cerámica de tradición neolítica, amuletos, joyas, etc.
Por ser un puerto franco, esta ciudad ofrece una atractiva gama de artículos procedentes de África y Oriente en sus mercadillos, como el del Polígono o barrio árabe, el mercadillo del Real y el mercadillo del barrio de Batería Jota.
Monumentales edificios y amplias avenidas configuran una ciudad cosmopolita, moderna y abierta a la convivencia de sus cuatro culturas.Melilla mira al futuro como puerta europea en África.