Varado como un barco de oro y cal, protegido de un naufragio entre los cerros", ve el poeta Alejandro López Andrada a Villanueva del Rey. Su casco triangular, mansamente acunado por los cerros de Sierra Boyera, El Chaparral y La Loma, se quiebra en calles pendientes, que desde el ajardinado pulmón de la plaza bajan hasta la austera iglesia parroquial, cuya tímida torre no quiere turbar este sueño horizontal de sosiego.
La actual población de Villanueva del Rey data de principios del siglo XIV. Durante la primera etapa de su historia perteneció al consejo de Córdoba, pero en 1637 la Corona vendió su jurisdicción a Pedro Gómez de Cárdenas, que cambió temporalmente su nombre por el de Villanueva de Cárdenas.
Mi padre hera el guarda de la Montera.
Ahora vivo en Madrid, pero nunca olvidaré a villanueva del Rey.
Un saludo