Qué ver en Villamanrique
Población situada en una meseta que sirve de enlace con Sierra Morena y comunica con otros pueblos de la zona por carreteras locales. Se llamó Belmonte de la Sierra y dependía de Torre de Juan Abad.
En el Ayuntamiento se guarda archivada la escritura, ilustrada con viñetas, de los privilegios otorgados en Almedina por el maestre Rodrigo Manrique (1474), quien la hizo Villa y dio el nombre actual.
En su término municipal hay interesantes restos de arquitectura militar.
En el antiguo camino romano a Andalucía se levanta el castillo de Montizón, declarado monumento en 1983.
Es una construcción defensiva de siglo XIII, alterada por las reformas de conquista y reconquista de árabes y cristianos, y otras decimonónicas.
Se conservan las murallas del recinto exterior y destacan sus puertas; entre ellas, la puerta del castillo, formada por arco apuntado labrado en piedra de sillería.
Mantiene en pie dos bóvedas de crucería en ladrillo y la torre del homenaje; en el ángulo opuesto a ésta hay unos sótanos con bóveda de cañón con contrafuertes. Ha sido restaurado. Aquí estuvo Jorge Manrique, que fue comendador de Montizón. Cerca se encuentra el molino del Marqués.
La Torre Castillo Higuera, en la carretera de Torre de Juan Abad (a 5 km de Castellar de Santiago), es el resto de un antiguo castillo del siglo XI de gran valor histórico pues, junto con el de Eznavejar-Soray (del que actualmente se puede ver la torre, en el valle del Guadalén), formaban barrera defensiva hacia Andalucía.
Esta zona era lugar importante de paso; todavía persiste la vía pecuaria llamada Vereda de Serranos que discurre desde Cuenca a Andalucía, algo apartada de la carretera local de Villamanrique a Montizón.
La vía romana que enlazaba la Bética con la Tarraconense y con Roma atravesaba igualmente su término; después fue Camino Real de Andalucía a Valencia. Este coincide a su vez con otro Camino Real de Toledo hacia Segura y Cazorla, en un cruce donde se levanta la Venta Nueva, del siglo XVI. En el XVII estaba en ruinas, levantándose otra nueva bajo el comendador don Gómez Suárez de Figueroa (según inscripción en el dintel de su portada). Posee cuadra de doce grandes pilares que la dividen en tres naves.
En el núcleo urbano destaca la iglesia parroquial de San Andrés Apóstol, siglo XVI, importante dentro del tardo gótico o de transición al renacimiento en la provincia. Portada del XVI con arco de profunda cimbra y galería superior de cinco arcos. La torre adosada es de gran esbeltez.
Algunos edificios civiles de singular interés son la Casa de los Manrique, renacentista, de bello patio columnado y galerías de balaustres de madera y pies derechos que sostienen un tercer cuerpo de escasa altura, y algunas portadas de la calle don Jerónimo Frías (números 29 y 31) de principios del siglo XVIII, almohadilladas. En la misma calle la ermita de San Miguel, casi en ruinas.
En sus campos hay algunos cortijos de labor de los siglos XVIII y XIX.
