Municipio limítrofe con la provincia de Toledo e importante cruce de la carretera N-430 y la radial N-IV. Enlaza con Manzanares, Daimiel y Alcázar de San Juan, y al norte con Madridejos (Toledo).
Este pueblo era dependiente de los cercanos de Villarta, Arenas y Herencia; por acuerdo de la Diputación Provincial se le concedió, en 1841, el pequeño término que posee (54 km/2 de superficie) y el título de villa.
En principio se denominó Ventas del Puerto Lápiche, pues sólo eran unas quinterías o posadas, inmortalizadas por Cervantes en El Quijote.
Algunas de ellas son hoy su mayor atractivo turístico: la posada de Dorotea Jiménez es mencionada por Azorín en su Ruta de D. Quijote o la espaciosa Venta de Don Quijote, construida en el siglo XVIII y reformada en el presente. En el cerro llamado de la Sierrecilla se han reconstruido dos molinos de viento que dan al conjunto una nota pintoresca.
Otros lugares a visitar son la iglesia parroquial, decimonónica, con elementos neo-románicos (arquivoltas de la portada).
De la misma época se conservan algunas casas de estilo popular y connotaciones eclécticas.
Desde la carretera se divisan galerías de color almagre construidas recientemente. Tienen dos y tres alturas formadas por pies derechos, vigas, pares y tirantes de madera, en el centro una noria, con todos los elementos de las antiguas norias manchegas.