Armentia cuenta con la Basílica de San Prudencio, sede episcopal en tiempos de dominio musulman para convertirse en centro espiritual alavés durante la Edad Media. Se trata de una joya del románico vasco cuya construcción original data del siglo XII, sufriendo importantes reformas durante el siglo XIII. La estructura exterior cambió, pero el templo sigue albergando magníficas muestras escultóricas de distintas épocas y maestros. Aunque el edificio ha llegado a nosotros profundamente reformado, se puede decir que la mayor parte de su perímetro exterior corresponde al siglo XII, teniéndose noticias de ella ya en el siglo IX. Pero cuando se levanta el actual templo se hace como colegiata dedicada a San Andrés. Desde que en el siglo XV esta denominación pasa a Santa María de Vitoria, se conocerá como basílica. Es desde 1970 cuando el templo está dedicado a San Prudencio, patrón de Álava. Su traza general no corresponde a la habitual de la arquitectura románica, especialmente por su amplio crucero y ábside central, así como el cimborrio. En su exterior, destaca también el magnífico ábside románico de excelente construcción. Su fachada se alteró como consecuencia de la reforma del pórtico en el siglo XVIII. Este edificio se declaró Monumento Nacional ya en 1931 .