Hemos estado dos semanas en Casa Romualdo mis suegros, mi esposa Carmen, nuestra hija Irene y yo, Juan. Han sido dos de las semanas más felices que hemos pasado juntos de viaje. La casa nos ha ofrecido el entorno y el lugar donde descansar, relajarnos y disfrutar de su amabilidad y buen hacer. Las habitaciones cómodas y espaciosas, los desayunos soberbios y las cenas, variadas, abundantes, sabrosas y bien acompañadas de un estupendo vino de la Ribeira Sacra. En las tertulias alrededor de la mesa, durante y después de la cena, hemos conocido gente interesante, Nuestros amigos de Las Palmas, Los de Santander (pintor que promete por cierto), los de Málaga, etc.
Francisco, Chon y Antón son ya parte de nuestros recuerdos.....unos maravillosos recuerdos.