Estuvimos en la habitación de Julia Roberts. Muy bonita, muy bien decorada, con un fantástico hidromasaje y en una zona muy tranquila. La casa está situada a las afueras del pueblo, por lo que es muy tranquila, sin ruidos.
Se encuentra a 15 minutos de Santander y también a 15 de Santoña, por lo que está muy cerca de lugares de costa muy bonitos para visitar. En nuestro caso, como era invierno, fuimos a Santoña, pasando por Somo, Isla, etc. Muy bonito, hermosos paisajes. Comimos de pinchos y raciones en Santoña, muy muy bien. Visitamos algunas tiendas excelentes.
Por la noche, cenamos en el restaurante del pueblo, Galizano, el cual nos había recomendado el hotel. Excelente. Después, nos tomamos unos gin-tonics en el Gin Tonic Bar, que fueron inmejorables, para nosotros, el mejor fue el de infusión de avellanas con canela, ¡mmmm! ¡qué sabor!
Al día siguiente, estuvimos en el Spa , con el que el hotel tiene un acuerdo y la verdad es que es muy grande, tranquilo y no tienes límite horario. Además, está a las afueras de Santander, por lo que en poco más de un cuarto de hora estás allí.
Por último, y ya de vuelta a Vitoria-Gasteiz, paramos por Somo a comer. Muy buen sitio, tranquilo y con poca gente, pero claro, como digo, era invierno. En verano siempre está la posibilidad de acercarse a las playas que están muy cerca y disfrutar del mar, cuenta que nos queda pendiente para el verano.
Esto es lo que podemos decir de la estancia, aunque quizás nos quedamos cortos y la pena fue que sólo pudimos ir una noche, pero sin dudas que volveremos a ir.
Se encuentra a 15 minutos de Santander y también a 15 de Santoña, por lo que está muy cerca de lugares de costa muy bonitos para visitar. En nuestro caso, como era invierno, fuimos a Santoña, pasando por Somo, Isla, etc. Muy bonito, hermosos paisajes. Comimos de pinchos y raciones en Santoña, muy muy bien. Visitamos algunas tiendas excelentes.
Por la noche, cenamos en el restaurante del pueblo, Galizano, el cual nos había recomendado el hotel. Excelente. Después, nos tomamos unos gin-tonics en el Gin Tonic Bar, que fueron inmejorables, para nosotros, el mejor fue el de infusión de avellanas con canela, ¡mmmm! ¡qué sabor!
Al día siguiente, estuvimos en el Spa , con el que el hotel tiene un acuerdo y la verdad es que es muy grande, tranquilo y no tienes límite horario. Además, está a las afueras de Santander, por lo que en poco más de un cuarto de hora estás allí.
Por último, y ya de vuelta a Vitoria-Gasteiz, paramos por Somo a comer. Muy buen sitio, tranquilo y con poca gente, pero claro, como digo, era invierno. En verano siempre está la posibilidad de acercarse a las playas que están muy cerca y disfrutar del mar, cuenta que nos queda pendiente para el verano.
Esto es lo que podemos decir de la estancia, aunque quizás nos quedamos cortos y la pena fue que sólo pudimos ir una noche, pero sin dudas que volveremos a ir.
Diego y Ana