Es la segunda vez que vamos a esta casa rural y cada vez nos parece mejor. Y la propietaria, valorándola entre 0 y 10, es un 12.
Es que realmente te sientes como si estuvieras en tu propia casa, no falta de nada.
La casa es estupenda y los dueños no pueden ser más atentos y amables.
Recomendada para pasar unos días de tranquilidad cerca de Salamanca.
El jardín cuidado al máximo y la piscina fenomenal.
Repetiremos sin dudarlo!
Es que realmente te sientes como si estuvieras en tu propia casa, no falta de nada.