Nos hospedamos aquí el fin de semana del 25 al 27 de octubre, 2 adultos con un niño. La amabilidad de la propietaria fue de diez!. La casa es antigua pero está perfectamente adecuada a las necesidades actuales. La cocina comedor es superespaciosa, pero lo mejor es el patio, muy cuco y acogedor. Tener un cuarto de baño en cada planta es muy útil, sobretodo con niños.
La decoración es muy funcional y mezcla antigüedades con modernidad.
El entorno muy tranquilo y acogedor, con acividades para hacer muy cerca. No olvidar subir al Monte Caro en Los Ports, ¡puedes ver cabras monteses al atardecer! Tampoco olvidar el Delta del Ebro
La decoración es muy funcional y mezcla antigüedades con modernidad.
El entorno muy tranquilo y acogedor, con acividades para hacer muy cerca. No olvidar subir al Monte Caro en Los Ports, ¡puedes ver cabras monteses al atardecer! Tampoco olvidar el Delta del Ebro