El entorno es una auténtica maravilla. Todo muy cuidado con mimo. La casa es muy bonita, las habitaciones con camas muy cómodas y los baños grandes y muy muy bonitos. El comedor es impresionante con una mesa preciosa y un ventanal que es fantástico, desayunar viendo a los caballos y ardillas no tiene precio. Todo muy limpio. Gracias Lola, ha sido un fin de semana de desconexión.