Qué ver en Cañizo

El origen de este tierra no está muy clara, pero los restos arqueológicos encontrados en el yacimiento de “El Raso” pueden ayudar a situar el pueblo en el periodo achelense, aproximadamente con más de 1.5 millones de años. Como pueblo su origen se remonta al siglo IX aunque en sus tierras también se asentaron los romanos.

Se encuentra a 37 kilómetros de la capital zamorana y a la vera del río Valderaduey, un afluente del Duero que se convierte en protagonista de este pequeño municipio al que los turistas acuden en busca de la tranquilidad que sólo las tierras zamoranas saben dar.

Sus 42 kilómetros cuadrados son un puro encuentro con la naturaleza, con la cercanía y simpatía de sus 300 habitantes. A veces lo mejor para descansar es encontrarte con este tipo de pueblecitos que facilitan la desconexión total con la realidad.

A pesar de que ya no existen jóvenes que marchan al ejército cuando éste les reclama, sigue celebrándose la tradicional fiesta de los Quintos. El 1 de enero los cañiceros de 20 años se concentran en el centro del pueblo para montados en sus caballos coger las anillas que penden de una cuerda a través de sus lanzas. Como recuerdo se les entrega un pañuelo bordado con la inscripción “Recuerdo de los Quintos del Año…”.

Una de las Vírgenes a las que más fe profesan las mujeres de Cañizo es a Santa Águeda, la Virgen de los Pechos a la que piden protección cuando están amamantando a sus hijos, rogando que no les falte leche para sus pequeños.

Como ocurre en muchos pueblos castellanos, el español toma variantes con palabras difíciles de entender para quienes no las conocen. Por eso han creado su propio diccionario para que los visitantes no estén perdidos con el vocabulario de los cañiceros.

Una de las visitas que no pueden dejar de hacer los turistas está en el Lago de Sanabria. Está en el extremo noroccidental de la provincia, fue creado en 1978 con el objetivo de conservar la riqueza de su flora y fauna además de la pureza del agua.