Qué ver en Mora De Rubielos

Mora de Rubielos es un municipio turolense que pertenece a la comarca de Gúdar/Javalambre. El pueblo está situado a una altitud de más de 1000 metros por encima del nivel del mar y la distancia por carretera con Teruel capital de la provincia es de 40 kilómetros.

La villa se encuentra situada al pie de la Sierra de Gúdar, Sistema Ibérico, junto al río Mora en la cuenca del Mijares. Capital administrativa de la comarca de Gúdar. También la población se baña con las aguas del Fuen Lozana. Dicho río y el Tosquillla forman una red de canales y acequias muy apropiada para el riego de las tierras que forman su extenso término municipal. Posee importantes embalses como el de Los Batanes o el de la Balsa Nueva, ambos construidos durante el siglo XV.

Mora se halla distribuída en tres entidades de poblaciones: las masías, cuya población es mayoritariamente emigrante y tiende a la desaparición; los barrios de Santa Lucía, Troya, El Aliagarico, El Plano, La Cuba y Los Masecicos; y, por último, el casco urbano, con sus calles perfectamente alcantarilladas y su ambiente rústico-medieval. Mora se halla rodeada de extensos pinares, esparcidos por la sierra de su mismo nombre.

Su término cuenta con importantes fuentes y magníficas panorámicas, incluso posee las aguas termales medicinales de El Babor, que en siglos pasados se aplicaron para el tratamiento de enfermedades gástricas. A partir de la postguerra, la población fue prolífica en la construcción de chalets para el esparcimiento en épocas veraniegas, aumentando así los ingresos en el sector turístico, sobre todo en la parte levantina.

El castillo sirvió de bastión defensivo contra los carlistas en 1834. Su fachada se encuentra orientada hacia el noreste, y su planta irregular se halla adaptada al terreno de orografía desigual, con torres erigidas en los ángulos noreste y oeste; dentro de la torre de éste último se encuentra la capilla. Sus salas se hallan distribuídas en torno a un patio descubierto de estructura porticada, con claustro bajo arcos apuntados. Su parte más antigua pertenece al estilo románico del siglo XII, consistiendo en dos salas construidas bajo el nivel del patio, cubiertas con bóveda de medio cañón. Las torre defensivas, la capilla y crujías del patio corresponden a los siglos XIV y XV.

También destaca el edificio del ayuntamiento, cuya fachada es de sillería y pertenece al estilo herreriano generalizado en la primera mitad del siglo XVII, sobria y con moldurajes simples de tipo geométrico. La arquería del piso bajo corresponde al siglo XVI, muy similar a otros pueblos turolenses como Cella y Formiche. El tercer piso fue remodelado en el siglo XIX, realizado en piedra de arenisca de los mismos tonos ocres que el resto del edificio y también labrada en sillar.