Qué ver en Vertavillo

Los Valles de Cerrato acogen a este pueblo, que descansa a orillas del arroyo de los Madrazos. Población en la loma de un cerro, rodeada de murallas medievales, con cuatro puertas de entrada al casco urbano: la Puerta de San Miguel, la de las Heras, la del Castro y la del Postigo, desde la que se da vista al soberbio rollo renacentista, de principios del siglo XVI, erigido en conmemoración de la exención de la jurisdicción de Baltanás, concedida por Carlos V a favor de Vertavillo.

El antiguo poblado ibérico estuvo recostado en la ladera del Páramo de Arriba, donde se han encontrado abundantes restos y cerámicas. Los romanos trasladaron el poblado a su actual emplazamiento, situado en una magnífica e inexpugnable posición, y cuyo conjunto urbano ofrece una fisonomía tan especial y cargada de vívidas sugerencias, que destilan por todos los rincones, introduciendo al visitante en el ensueño del medioevo. En el siglo XI era Bretaviello, y es una de las pocas toponimias de origen celta que se conservan en la provincia.

La iglesia parroquial tiene como patrono a San Miguel, y su construcción se inició en el siglo XII, aunque no se terminó hasta el XVI, por lo que cuenta con elementos románicos, góticos y renacentistas muy bien conservados. En la cabecera de la iglesia se alza la torre, del siglo XVII, de cuatro cuerpos, construidos los tres primeros en piedra y el último en ladrillo. En la arquitectura religiosa de Vertavillo también destaca la ermita del Santo Cristo del Consuelo, edificio de piedra del siglo XVII. También se puede mencionar la cofradía de Ánimas, en la cual se ha preservado una antigua danza.