Qué ver en Torrejon Del Rey
Este municipio hace ya bastentes años se le denominó Torrejón de Alcolea, pues desde la reconquista perteneció a la jurisdicción y tierra de Alcolea de Torote, siguiendo con ella sus vicisitudes históricas, y estando por lo tanto bajo el señorío de la mitra arzobispal de Toledo, hasta que a fines del siglo XVI el rey Felipe II la declaró exenta y la concedió el título de Villa, por lo que pasó a denominarse Torrejón del Rey.
A finales del siglo XVI, el lugar pasó a pertenecer al monarca, cambiando en ese momento de la primera desamortización su nombre por el de Torrejón del Rey que hoy usa.
Lugar siempre tranquilo, de idílico transcurrir, en esta villa residió y ejerció de cura el canónigo don Antonio Núñez, que vivió a mediados del siglo XVI, que fue hombre muy letrado y sufragó en gran parte la construcción de la iglesia parroquial de este pueblo.
En el interior del pueblo, sencillas construcciones, caserones de adobe y ladrillo, con revocos de yeso, preludiando las distribuciones y estructuras urbanísticas manchegas, pero en todo caso con muy pulcras formas campiñeras. La plaza mayor es un gran espacio, abierto, en uno de cuyos laterales se alzan dos grandes caserones del siglo XVI.
En el extremo oriental de la plaza se encuentra la iglesia parroquial, dedicada a San Julián y Santa Basilisa.
La pila bautismal románica, que presenta su tazón decorado con bien realizada talla de bolas y arcos de tradición mozárabe. Las figuras y tallas de sus altares, son modernas en su totalidad.
