He pasado 5 noches en la Posada El Solar, y voy a tratar de dar mi opinión sobre el mismo lo más objetivamente posible.
Primero, decir que tanto el edificio como el entorno son magníficos. La fachada es muy bonita. toda de piedra, típica casona montañesa. El hotel, además, está rodeado de pastos y bosques, además de poseer, en la misma finca, animales tales como caballos, ovejas, cabras, gallinas, poneys..., lo que le otorga un carácter rural indudable. Aun así, he echado de menos un jardin algo más amplio que el pequeño patio que tienen a la entrada y el rinconcito que hay detrás del depósito.
Una vez dentro, tanto el saloncito como el comedor son muy acogedores y muy cuidados. Una pequeña biblioteca preside el primero de ellos, en donde, además, disfrutamos de zona wi-fi. El hotel no dispone de ascensor, por lo que subir el equipaje hasta la segunda planta, puede resultar algo molesto (aunque yo no le doy demasiada importancia). Las paredes, de piedra, no están recargadas, lo cual se agradece. Las escaleras están recorridas por una alfombra, al igual que los pasillos.
La habitación, que me pareció bastante más pequeña de lo que se ve en las fotos (aunque no es pequeña), era la 203. Abuhardillada, con una ventana que da al monte inmediato, está cruzada por vigas de madera, con paredes pintadas de azul y alguna zona con ladrillo. El baño, sin embargo, es minúsculo, y carece de vidé. Sí dispone, sin embargo, de secador, de botella de agua y de productos de higiene personal con el membrete del hotel. Nosotros éramos tres, con un nene de dos años y medio, y la habitación tenía espacio suficiente para todos, aun con la supletoria. La limpieza, desde luego, de diez. En definitiva, una habitación correcta, con un cuarto de baño mejorable.
Nosotros teníamos concertados desayunos y cenas. Los desayunos se componen de: tostadas (pan mejorable), diversos bizcochos caseros (tarta de queso, de manzana...), madalenas, mermeladas (pienso que caseras), mantequilla, zumo de naranja (no natural), café (de máquina, no de puchero)... Lo cierto es que se echa en falta algo salado, y es verdad que se hace algo repetitivo, pero es suficiente en cantidad y puedes repetir si lo deseas.
Las cenas son mejores. Tienes un aperitivo, un primero y varios segundos a elegir, además de varios postres. Eso sí, cada día cambian el menú, y la mayoría de los productos utilizados son de primera calidad, incluso de la propia huerta que tienen los propietarios del hotel. Muy bien las cenas, y muy buenas manos las de Gloria. Felicidades.
En cuanto al trato de los propietarios, correcto. No son muy habladores (cosa que a mí no me disgusta, desde luego), pero son atentos y dispuestos siempre a responder a tus dudas. Bien por Marcos y su hermano, que nos hicieron sentir a gusto.
En definitiva, un hotel recomendable, desde luego. Lugar maravilloso, edificio robusto y bonito, habitaciones correctas y buena comida, además de un buen trato. Limpieza impecable. Mejorable el jardín y la zona de patio a la entrada del hotel, además del cuarto de baño (al menos el que me tocó). Por lo demás, para repetir, sin duda alguna. Gracias.
Primero, decir que tanto el edificio como el entorno son magníficos. La fachada es muy bonita. toda de piedra, típica casona montañesa. El hotel, además, está rodeado de pastos y bosques, además de poseer, en la misma finca, animales tales como caballos, ovejas, cabras, gallinas, poneys..., lo que le otorga un carácter rural indudable. Aun así, he echado de menos un jardin algo más amplio que el pequeño patio que tienen a la entrada y el rinconcito que hay detrás del depósito.
Una vez dentro, tanto el saloncito como el comedor son muy acogedores y muy cuidados. Una pequeña biblioteca preside el primero de ellos, en donde, además, disfrutamos de zona wi-fi. El hotel no dispone de ascensor, por lo que subir el equipaje hasta la segunda planta, puede resultar algo molesto (aunque yo no le doy demasiada importancia). Las paredes, de piedra, no están recargadas, lo cual se agradece. Las escaleras están recorridas por una alfombra, al igual que los pasillos.
La habitación, que me pareció bastante más pequeña de lo que se ve en las fotos (aunque no es pequeña), era la 203. Abuhardillada, con una ventana que da al monte inmediato, está cruzada por vigas de madera, con paredes pintadas de azul y alguna zona con ladrillo. El baño, sin embargo, es minúsculo, y carece de vidé. Sí dispone, sin embargo, de secador, de botella de agua y de productos de higiene personal con el membrete del hotel. Nosotros éramos tres, con un nene de dos años y medio, y la habitación tenía espacio suficiente para todos, aun con la supletoria. La limpieza, desde luego, de diez. En definitiva, una habitación correcta, con un cuarto de baño mejorable.
Nosotros teníamos concertados desayunos y cenas. Los desayunos se componen de: tostadas (pan mejorable), diversos bizcochos caseros (tarta de queso, de manzana...), madalenas, mermeladas (pienso que caseras), mantequilla, zumo de naranja (no natural), café (de máquina, no de puchero)... Lo cierto es que se echa en falta algo salado, y es verdad que se hace algo repetitivo, pero es suficiente en cantidad y puedes repetir si lo deseas.
Las cenas son mejores. Tienes un aperitivo, un primero y varios segundos a elegir, además de varios postres. Eso sí, cada día cambian el menú, y la mayoría de los productos utilizados son de primera calidad, incluso de la propia huerta que tienen los propietarios del hotel. Muy bien las cenas, y muy buenas manos las de Gloria. Felicidades.
En cuanto al trato de los propietarios, correcto. No son muy habladores (cosa que a mí no me disgusta, desde luego), pero son atentos y dispuestos siempre a responder a tus dudas. Bien por Marcos y su hermano, que nos hicieron sentir a gusto.
En definitiva, un hotel recomendable, desde luego. Lugar maravilloso, edificio robusto y bonito, habitaciones correctas y buena comida, además de un buen trato. Limpieza impecable. Mejorable el jardín y la zona de patio a la entrada del hotel, además del cuarto de baño (al menos el que me tocó). Por lo demás, para repetir, sin duda alguna. Gracias.