Pasé el fin de semana en la casa La Glorieta y me sorprendió gratamente. Está en el centro de Peñafiel, con todo lo necesario cerca. La casa tiene instalaciones espectaculares, recién reformadas y me sentí como en casa. Iván, el dueño, nos atendió de maravilla y se preocupó por nuestro bienestar. El desayuno de bienvenida fue estupendo y además nos obsequiaron con una botella de vino de la zona. Sin duda, repetiremos.