Una maravilla de casa, rodeada de un jardín con piscina, todo ello cuidado hasta el más mínimo detalle, limpísimo y con muy buen gusto.
Los alrededores, espectaculares. Desde rutas por el monte a visitas a monasterios e iglesias, cada uno más imponente que el anterior.
Todo ello, regado con el buen trato que siempre distingue la gente gallega.
Flor, Gonzalo, habéis hecho que nos sintamos como en casa estos días con las charlas y los buenos detalles.
Muchísimas gracias por todo, volveremos!
Los alrededores, espectaculares. Desde rutas por el monte a visitas a monasterios e iglesias, cada uno más imponente que el anterior.
Todo ello, regado con el buen trato que siempre distingue la gente gallega.
Flor, Gonzalo, habéis hecho que nos sintamos como en casa estos días con las charlas y los buenos detalles.
Muchísimas gracias por todo, volveremos!