Una casa rural extraordinaria, nuevecita, con todos los detalles y una decoración bonita y muy cuidada. Ma.Carmen y Ricardo nos recibieron con muchísima amabilidad y hasta nos trajeron un bizcocho de rechupete. Tranquilidad máxima, un patio precioso, todo muy cuidado. Y la casa es enorme, con una chimenea estupenda y calefacción (que hace falta en invierno, pues Guadalajara es fría!). Si alguien quiere tranquilidad, no dudeis en ir a esta casa, no os arrepentireis!