Preciosa casa en un entorno maravilloso, las habitaciones son muy cómodas, el salón muy confortable con salida directa a un jardín espectacular, incluso ahora que es invierno, pero la joya de la corona es el salón de juegos, con billar y zona de juegos para los niños, nos sentimos como en casa. Antonio es muy amable y, aunque no hizo falta, estuvo pendiente de nosotros. Totalmente recomendable, seguro que volvemos