Maravillosa casa de campo con una gran piscina compartida entre dos casas. Tiene aire acondicionado en la planta de abajo, la cocina está muy bien equipada, los colchones y las camas están muy bien, te la dejan superlimpia, y el trato de Lola y Diego es inmejorable (ellos viven justo al lado). Hay un montón de diferentes árboles frutales, y hasta nos regalaron un calabacín con el que hicimos una crema.
Por poner algún pero: hay insectos (claro, es una casa en medio del campo, lo imaginábamos y teniendo cuidado en cerrar puertas no hay ningún problema). Arriba no hay aire acondicionado, pero si duermes con las ventanas abiertas corre el aire, y hay también un ventilador que funciona muy bien.
Hemos estado genial. Si volvemos por la zona, repetiremos sin duda.
Por poner algún pero: hay insectos (claro, es una casa en medio del campo, lo imaginábamos y teniendo cuidado en cerrar puertas no hay ningún problema). Arriba no hay aire acondicionado, pero si duermes con las ventanas abiertas corre el aire, y hay también un ventilador que funciona muy bien.
Hemos estado genial. Si volvemos por la zona, repetiremos sin duda.