Hemos estado quince días estupendos, en el mes de julio en la casa El Cerezal. Una casa preciosa, decorada con un gusto exquisito y con todo lo necesario para sentirte cómoda, como en tu propia casa. Con un jardín muy bien cuidado y agradable, para disfrutar del desayuno, comida o cena en un entorno tranquilo y bucólico. Su dueño, Favila, encantador y siempre pendiente de que estuviésemos a gusto.
Lo recomendamos y volveremos.
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