La casa es muy acogedora, silencio absoluto( bueno, hubo 2 noches que algún vecino cercano nos "regalo" música macarra hasta las tantas) bonita, muy bien decorada y provista. Nada que objetar, tal vez un pelín lejos la playa. El vino de bienvenida muy rico. Para volver ,seguro. Se me olvida, además abundante información de la zona.