El lugar el precioso: un montículo desde el que se ve todo el valle y las montañas nevadas. Estuvimos una semana mi marido y yo, con nuestra perrita y fue una estancia deliciosa. Recuerdo los desayunos al sol, con especial cariño. Susana, la propietaria, es un mujer siempre dispuesta a ayudar a y agradar y puedes pedirle consejo e información de la zona.
Lo recomiendo.
Lo recomiendo.