Una de las mejores casas rurales en las que nos hemos alojado. El entorno es único, conocemos la zona y nos encanta perdernos por allí cada vez que podemos. El propietario lo pone todo fácil para desconectar, el trato es de 10 y la cercanía durante la estancia es de agradecer. Los niños y la perra han disfrutado como nunca dentro y fuera de la casa, con la chimenea, en la terraza, el columpio, con las ovejas... Esa terraza en la que desconectar con las vistas no tiene precio. Sin duda volveremos.