El hospedaje fue estupendo. Las instalaciones eran sumamente cómodas y la casa bellísima. Decoración exquisita, limpieza impecable, espacios amplios y cocina muy bien equipada. Disfrutamos de la tranquilidad del entorno y el pueblo a tan solo 15 minutos a pie. Mariona, la anfitriona, nos trató de maravilla y se aseguró de que estuviéramos a gusto con nuestros pequeños. El último día, nos sugirió y reservó un restaurante (La Guixera) en un pueblo cercano, quedamos encantados con el lugar, la comida y el servicio. Definitivamente repetiremos, la próxima vez nos quedaremos más días y realizaremos la ruta hasta el río.