Qué ver en Arakil

A pesar de ser un pueblo pequeño que cuenta con aproximadamente 900 habitantes, a su carago tiene 11 concejos, que antiguamente fueron doce, pero uno de ellos se separó constituyéndose como un municipio independiente.

El nombre, en euskera, Arakil, viene derivado del valle y del río que recorre su término. Se trata de una topografía suave que ha permitido y facilitado históricamente la comunicación entre el centro de Navarra con el noroeste peninsular. A pesar de ser una zona particularmente llana, no hay que olvidar que nos encontramos entre sierras, lo que permite que a esta “meseta” se le sumen los desfiladeros de Dos Hermanas y Oskía, un lugar de especial belleza natural.

Las condiciones de terreno y climáticas que definen a este municipio son ideales para la instalación de energías renovables, por lo que no es extraño encontrar grandes molinos eólicos que permiten aprovechar la velocidad del viento, que tan fuerte sopla en algunas temporadas del año para generar energía.

Conocedores y sabedores de la belleza de este lugar, muchos lugareños han querido levantar sus propios negocios turísticos con los que enamorar a los viajeros llegados de todas partes del país y del mundo. Conquistarlos por la vista, pero también por el paladar. Su gastronomía enamora y ¿por qué no hacer de ella un reclamo turístico?

Aunque los últimos datos de población no lleguen ni tan siquiera a los mil habitantes, echando la vista atrás se puede comprobar que a mediados del siglo pasado se trataba de un pueblo importante con más de dos mil personas residiendo en el término municipal.

Las fiestas tradicionales del Valle de Arakil se celebran el 25 de julio. Mientras que las de algunas de sus concejos son en junio y septiembre.