Campo Dolménico de Alberite

Campo Dolménico de Alberite

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Fue descubierto en 1993, por la familia Jaime, dueños de las tierras donde se encontró. En ese mismo año fue visitado por los arqueólogos Lorenzo Perdigones y Ángel Muñoz, que visitaron la zona y solicitaron los oportunos permisos de excavación, publicando una reseña de lo hallado hasta entonces en la Revista de Feria de Villamartín, de 1993.

Incluido en la Ruta Arqueológica de los Pueblos Blancos, ocupa el punto central de la misma. El material hallado hasta entonces, se componía de los siguientes elementos:

- Una gubia de piedra metamórfica pulimentada de 25,3 cm. de longitud, del comienzo de la Edad del Cobre.
- Una azuela de anfibolita de 36 cm. de largo
- 523 cuentas de collar de diversos materiales.
- Fragmentos óseos humanos, algunos pintados de rojo.
- Un fragmento de hebilla de cinturón de bronce, con inscripción de época visigótica.
- Fragmentos de cerámica ibérico-turdetana, romana y andalusí.

Entre el 23 de octubre y el 21 de diciembre de 1993, se llevaron a cabo los trabajos de excavación y posteriormente los de interpretación del yacimiento.

El 8 de mayo de 1995 se presentaba en el Ayuntamiento de Villamartín la Memoria de la excavación, por parte de los arqueólogos Ramos Muñoz y Giles Pacheco.

El Dolmen excavado “Alberite I” es un sepulcro de galería cubierta. Tiene una longitud de 20 metros. Es de forma trapezoidal, empezando con 2,30 m. de anchura en la entrada y terminando con 3,50 m. en la cámara. La cámara mortuoria se encuentra al final de la galería. Orientado al Este, los primeros rayos solares del amanecer llegaban hasta el fondo de la cámara.

Se utilizaron 65 enormes bloques de piedra, llamados ortostatos, traídos desde canteras situadas al norte de Prado del Rey, El Bosque o Benamahoma. Cinco de estas enormes piedras (de hasta 8 toneladas) formaban la cubierta del Dolmen.

Están grabadas con figuras humanas, animales, armas,... de carácter esquemático. Todo el interior estuvo pintado en rojo, aumentando así su carácter sagrado.

La localización de 3 fuegos, ha permitido realizar una datación bastante fiable, en el transito del V al IV milenio antes de Cristo, por lo que es considerado uno de los más antiguos de la Península Ibérica y del NW de Europa.

En la cámara se encontraron los restos de 2 personas de unos 35 años de edad, hombre y mujer, cuyos cuerpos habían sido previamente descarnados, siguiendo una costumbre ritual. Sus huesos habían sido pintados de ocre, en dos tonos, uno de ellos con restos de cinabrio, mineral inexistente en la provincia de Cádiz.

Presenta muchas similitudes con otros dólmenes localizados en el centro y el Oeste de Andalucía ( Antequera, Ronda, Sevilla, Huelva ).

El ajuar funerario encontrado en su interior, durante la excavación, nos muestra la importancia social de los allí enterrados. Constaba de las siguientes piezas:

- 4 grandes láminas de silex, talladas por presión.
- Prisma de cristal de cuarzo de bastante transparencia.
- Paleta para ocre, de roca caliza
- 4 Machacadores, de guijarros de caliza
- Ídolo betilo, de 40 x 18 cm.
- 2 grandes escoplos o rejas pulimentados en roca subvolcánica.
- 1.598 cuentas de collar, la mayoría fabricadas de hueso y concha y, el resto, de variscita.
- Restos de talla y útiles ( raspadores, cepillo, buril,...)
- Numerosos restos cerámicos y de industria lítica.

Resultado de estos restos podemos suponer que la civilización que construyó la necrópolis era de economía agropecuaria. y que se relacionaba con otros núcleos cercanos, dependientes a su vez de un nivel superior.

En este periodo, se empiezan a formar élites dominantes, que emergen del igualitarismo del periodo neolítico, que utilizan estos enterramientos como uno de las signos distintivos de poder y dominación.

El traslado de estas enormes moles pétreas desde 6 Km aproximadamente (Puerto de las Ánimas o de Sierra Margarita) conlleva un gran esfuerzo colectivo, lo que nos sugiere estructuras tribales de grupos familiares.

Este Campo Dolménico tenia una vinculación directa con aldeas y poblados Neolíticos alineados en las actuales campiñas de Arcos y Llanos de Villamartín.

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